viernes, 20 de septiembre de 2013

El orgullo de llamarse Estudiantes


Hay partidos que no se analizan, se viven de otra manera. Se sufren, se gozan, uno va de la gloria al infierno, de la alegría al llanto en un instante.El corazón late muy fuerte, las pulsaciones están a mil y solo lo entenderán aquellos que viven y sienten la pasión del fútbol. Y si sos de Estudiantes habrás pasado por todas estas sensaciones el miércoles en el estadio del Chaco. Íbamos como punto. A ver como San Lorenzo se floreaba y clasifica a la final sin sobresaltos. Para los demás. Para ellos era así. Para nosotros no. Nuestro matador iba a dejar la vida. Esos 11 muchachos iban a vender muy cara la definición del lugar en la final. A pesar de que el partido comenzó así, a favor del ciclón. En la primera Buffarini la mandó a guardar. Pero el pincha no sintió el golpe. En ningún momento se sintió inferior. Jugó cada pelota como si fuese la última. Afuera, en la tribuna,  la gente que viajó muchas horas desde Buenos Aires no paraba de cantar, superando a la hinchada que para muchos es una de las mejores del país. Sin embargo solo se escuchaba la gente de Estudiantes. Y el equipo fue. Batalló, lo buscó, corriendo riesgos. Era obvio. Y llegó el empate. Delorte la empujó y todo fue delirio. Lo pudo ganar Estudiantes. Pezzota no quiso ver 2 penales, uno a Delorte y otro a Galván. También San Lorenzo tuvo las suyas, pero en el juego el pincha fue más. En la tribuna también. Los penales, esos que ante Bánfield nos permitieron festejar, el miércoles nos llevaron a quedar eliminados. Injustamente. Pero no hay marcha atrás, esta vez el destino lo quiso así. Nos fuimos con la frente alta, se dispidió el equipo y el aplauso fue general. Dejaron todo, merecieron más. Nos volvimos de Chaco tristes, aún nos dura esa sensación en el corazón, quedar afuera de la copa, terminar con un sueño sin haber perdido. Llegando a una instancia donde ningún equipo de la tercer categoría había podido acceder jamás. ¿Habrá revancha? Seguro, es parte de la vida misma en cada uno de nosotros, día tras día. Lo que nos quedó muy claro a todos, y de eso no hay duda es que dentro de la cancha por parte de los jugadores, y en las tribunas con su hermosa gente, se demostró una vez más...¡ LO GRANDE QUE ES ESTUDIANTES!



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